M'ha semblat interessant este article de Pilar Rahola a La Vanguardia (26 novembre 2008) sobre la polèmica del crucifix. Deixe algunes ratlles i anime a llegir-lo sencer.
"A partir de aquí, las dos Españas machadianas, que tienen una cansina tendencia a resucitar, se han batido en duelo sobre el relativismo moral de unos y el bajo palio de los otros. Y el "tú más" se ha vuelto a instalar en el debate ciudadano. Sin embargo, ¿es tan simple? ¿Se trata exclusivamente de que unos son muy carcas y los otros muy rojos, y viceversa? ¿Es uno más progre porque pide la retirada de los símbolos, y el otro más ultra si pide su mantenimiento?"
"De entrada, no acabo de entender que un crucifijo sea un terrible signo de intolerancia, y un pañuelo en la cabeza de una niña musulmana sea una demostración de tolerancia. ¿Cómo pueden sostener los adalides de la multiculturalidad que la tolerancia hacia otras religiones no sirve para la religión católica?"
"Y la inquina contra todo lo católico se respira, precisamente, en ambientes que están encantados con celebrar cualquier festividad islámica, porque resulta muy progre-sostenible."
"Queda claro que no se puede adoctrinar religiosamente en una escuela pública. Sin embargo, ¿se puede adoctrinar políticamente? Y la pregunta es pertinente porque los antecedentes son muchos. ¿Recuerdan el no a la OTAN, que se convirtió en tema de redacción de los niños, en decenas de escuelas de la época? ¿Y el no a la guerra, planteado incluso en las clases de primaria? [...] Claro que cuando se adoctrina en nombre del progresismo, se le llama educación."
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